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Hoy por la tarde Andrés Manuel López Obrador, el candidato izquierdista del PRD hará el ridículo que cualquier político que tenga el mínimo de autoestima haría: el ungirse como presidente de la República a pesar de que le fue demostrado que perdió y no presentó ningún argumento contundente de que ganó los comicios.
El Peje ha cread muchos problemas a mas de dos terceras partes de los mexicanos que no votamos por él. Ha creado tal cantidad de conflictos que al final de cuentas ha perdido gran cantidad de su capital político.
La postura de López Obrador ha llevado a una reflexión acerca de la izquierda en México: ¿Cuánto tiempo aceptarán los verdaderos izquierdistas, socialistas de cepa pura, para ponerle un alto a la caída libre que tienen de simpatizantes a consecuencia de la falta de seriedad política de los actuales líderes perredistas?, o ¿la estrategia de López Obrador, será la de los quintacolumnistas que buscan desde adentro acabar con la izquierda?
Los datos fríos demuestran que la simpatía electoral en el PRD, había disminuida materialmente 17 puntos porcentuales, en tanto que la confianza en ese partido había caído 22 puntos porcentuales.
Ante esa situación lo único que queda claro es que el PRD cuenta, aún, con un gran capital político lo pierde luego de su estrategia que va en contra de las necesidades de la mayoría de los mexicanos.
Si bien ese partido político tiene un grupo de simpatizantes que son altamente beligerantes, no representan nada que pueda poner en riesgo la estabilidad política y social del país.
Por ello, lo único que representan esas acciones perredistas es un temor de que la izquierda no está preparada para gobernar.
Es grave que esa posición beligerante la tengan algunos gobernantes de la izquierda perredista como Marcelo Ebrard en el Distrito Federal, que quiere aparentar ser duro contra la decisión de dos terceras partes de los mexicanos que acudieron a las urnas y votaron en contra del izquierdista.
López Obrador y los expriístas tienen resentimientos contra el gobierno que no les comprendió su “talento” y los expulsó. Como una revancha al sistema que los aborto y que después los recupera regionalmente, se ha convertido esta guerra que no tiene sentido y qusu va en contra del país.
¿Acaso no se trata de un “compló” de los priístas enquistados en el PRD para acabar con ese partido y vengarse del sistema político mexicano?