Jesús resucitado llena nuestras vidas de esperanza, paz y alegría. Pero hoy se nos dice que los discípulos tuvieron miedo al ver al Señor y también muchos de nosotros, casi 2000 años después,
seguimos teniendo miedo, nos sobresaltamos al encontrarnos con Él.
Y Jesús da respuesta a nuestros miedos con la misma pregunta: '¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo'.