Los franciscanos prosiguen su labor evangelizadora aprendiendo la lengua
taína y utilizando pinturas de la vida de Cristo, la Virgen y los santos, del cielo y
del infierno. También fueron importantes las procesiones religiosas, para
difundir la imagen y la doctrina de Dios con cuerpo humano, que cobraba vida
yendo por sus calles a su encuentro. También las representaciones teatrales,
en Navidad, en Semana Santa, o en el Corpus Christi, ayudaban a fijar los
misterios de la vida de Cristo y su triunfo sobre el mal y la muerte.
Conocemos los primeros escudos que conceden el rey Fernando el 7 de
diciembre de 1508 a la isla de la Española, a la ciudad de Santo Domingo y a
otras 14 villas fundadas por Cristóbal Colón y por Nicolás de Ovando. En la
Corte el rey nombra caballero de las espuelas a Diego Méndez. Y mientras la
expedición de Vicente Yáñez y Solis, se ha detenido esa Navidad para reparar
los barcos, Ovando sigue enviando nuevas expediciones para reconocer la isla
de San Juan de Puerto Rico, llamada por los nativos Borinquén. Y el rey
prepara sus instrucciones para el nuevo gobernador Diego Colón, insistiendo
en la evangelización y en el buen trato a los indios.