La historia de Freddy Adu es una historia marcada por la expectativas. Unas expectativas desmesuradas que le acompañaron desde que era tan solo un niño. Su historia es una de esas que tanto nos gusta en Buenos, feos y malos. La historia de hoy tiene todo los ingredientes para volver a ella una y otra vez. De hecho, nuestro protagonista es una figura recurrente de los tan habituales, ¿Qué fue de ? Y aunque se vuelve mucho a su historia pocas veces se intenta explicar, con empatía que fue lo que pasó. Su historia es la del sueño americano, pero también la de una sociedad obsesionada con el éxito, la de grandes marcas que ven un deportista pero no necesariamente una persona y la de un país ambicioso y que quería dominar una de las pocas disciplinas que tradicionalmente han escapado a su control.
Freddy Adu logró en plena adolescencia convertirse en la mayor promesa de la historia del fútbol en los Estados Unidos. Le dedicaron piezas en Sports Illustrated, se ganó un contrato con Nike y ya con 13 años se le llamaba "El nuevo Pelé". A su alrededor se juntaron los intereses de un gigante como Nike, de una liga que no terminaba de despegar y de un país que quería reinar también en el fútbol.
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La carrera de Adu no estuvo a la altura de las expectativas. Pero le sirvió para cambiarle la vida, para ayudarle a salir de unos orígenes muy humildes y le permitió vivir una experiencia de celebridad al alcance de muy pocos. No está nada mal.