Continuamos en un recorrido por la vida de las hermanas Likens en un entorno marcado por la toxicidad y el maltrato. La disminución de la hostilidad en la casa de los Banisiewski abre una puerta a la frágil esperanza de pertenencia para Sylvia y Jenny, pero ¿a qué costo?
La retorcida relación de poder y el abuso psicológico ejercido por Gert se despliegan ante nosotros en un examen detallado de los sermones crueles y la manipulación que sufre Sylvia. La normalización de la violencia y el estigma que se construye alrededor de las jóvenes demuestra cómo el abuso puede ocultarse a plena vista, protegido por las sombras del prejuicio.
Terminamos este capítulo con la imposición de Gert sobre las hermanas Likens, en especial durante los momentos de coerción y la violencia físic. Esto refleja una realidad que muchos prefieren ignorar. Al despedirnos, no solo buscamos generar empatía hacia aquellos que luchan en situaciones adversas, sino también ofrecer un espacio para reconocer la resiliencia y la dignidad que persisten incluso en los momentos más oscuros.