Siendo cierto que el Cristianismo tiene sus raíces en el Antiguo Testamento, lanueva Iglesia fue marcada por decisiones radicales que la enviarían en un nuevocamino. Esas decisiones continúan, formando y desafiando a la Iglesia hoy.Frente al desafío de la información veloz y al ataque que como nunca estásufriendo la religión en general y el cristianismo en particular, llega la hora de tenermuy claro en qué creemos y cómo debemos defender nuestra fe.En el Antiguo Testamento encontramos dos pactos, el uno hecho con un hombre,Abraham, el otro hecho con una nación, Israel. Aunque ambos son importantescomo un medio para llegar al pacto definitivo que es con el mundo, a través deJesucristo, ya no gobiernan nuestras vidas, ni son una forma para vivir nuestrocristianismo.Por tanto, debemos centrarnos en los mandamientos de Cristo y cómo susseguidores nos enseñaron que se aplican en la vida práctica y en la base denuestra fe, que es el hecho de que Cristo resucitó de los muertos.Si eso hacemos nuestra fe se mostrará irresistible para el mundo.