Satanás conspiró contra Israel e indujo a David a hacer un censo del pueblo, tráiganme el informe para que yo sepa cuántos pueden servir en el ejército.
Joab le respondió:
¿Para qué quiere hacer esto Su Majestad? ¿Por qué ha de hacer algo que traiga la desgracia sobre Israel?
Sin embargo, la orden del rey prevaleció. Pero Joab no contó a los de las tribus de Leví ni de Benjamín, porque para él era detestable la orden del rey.
Dios también la consideró como algo malo, por lo cual castigó a Israel.
Entonces David le dijo a Dios:
«He cometido un pecado muy grande al hacer este censo. He actuado como un necio. Yo te ruego que perdones la maldad de tu siervo».