Recordemos que David unifica las 12 tribus de Israel como una gran nación, y hereda el trono a Salomón, quien le da una grandeza impresionante pues le pide a Dios sabiduría para gobernar, pero los dos no son buenos dirigentes en su hogar, pues tienen un gusto desmedido por las mujeres, Salomón en especial le encantaban las extranjeras, lo cual estaba claramente prohibido por la Ley, pues el Señor dijo que ellas apartarían sus corazones del servicio a Dios, luego sus descendientes se criaron en una dualidad de servir al Señor y a los ídolos, el caso es que al morir Salomón lo sucede su hijo Roboán, quien permite que se divida el reino entre israelitas y judíos, de ahí en adelante todos los reyes son idolatras, se salva Ezequías, que trata de hacer lo que grada a Dios y otros dos si mucho, conclusión reino dividido, idolatría por doquier, tuvo un final triste.