La historia que hoy nos ocupa es una historia de inmadurez, de intriga y corrupción.
Un rey inmaduro y llorón, y un hombre con integridad que no accede a los abusos de los poderosos, quien no quiso vender su herencia, a costa de su propia vida, nos muestra lo que pasa cuando un pueblo, en este caso escogido por Dios, aparta sus ojos de él.
Descubrimos quien gobernaba realmente en Israel, Jezabel la esposa extranjera del rey, parece que era ella quien resolvía los problemas, asesinando a quien se le oponia.
Esto es lo que ocurre cuando una nación desecha a Dios.