Admitir: —¡He pecado! — es muy difícil para nosotros.
Tenerle más miedo al hombre que a DIOS, es arriesgar a perder mucho más de lo aparente.
La buena noticia es que JESÚS murió por nosotros y hoy no se nos juzga con tal severidad, pues si lo recibiste en tu vida te haces de la familia de DIOS, tendrás tu disciplina, pero no se te arrebatará todo.
.- Saúl teme que los ancianos le retiren su apoyo y le pide a Samuel que lo acompañe y
.- Samuel lo acompaña porque sigue siendo el rey y lo puede mandar a matar en ese instante.
La meditación es que, aunque Samuel no quería regresar con Saúl, ¡le toco! Todos nuestros pasos deben tener introversión, y dirección Divina.
