Al tercer día, Jeroboán regresó con todo el pueblo. Pero el rey Roboán les respondió con brusquedad: Les dijo: «Si mi padre les impuso un yugo pesado; ¡yo les aumentaré la carga! Si él los castigaba a ustedes con una vara, ¡yo lo haré con un látigo!»
Las cosas tomaron este rumbo por voluntad de Dios, todos los israelitas exclamaron a una:
«¡Pueblo de Israel, todos a sus casas!
¡Y tú, David, ocúpate de los tuyos!
¿Qué parte tenemos con David?
¿Qué herencia tenemos con el hijo de Isaí?»
Desde entonces Israel ha estado en rebelión contra la familia de David.