Acaz tenía veinte años cuando ascendió al trono, y reinó en Jerusalén dieciséis años, no hizo lo que agrada al Señor, siguió el mal ejemplo de los reyes de Israel, hizo imágenes de los baales, quemó incienso y sacrificó en el fuego a sus hijos, según las repugnantes ceremonias de las naciones extranjeras.
Por eso el Señor su Dios lo entregó, los sirios lo derrotaron, y capturaron una gran cantidad de prisioneros que se llevaron, también cayó en poder del rey de Israel, porque los habitantes de Judá habían abandonado al Señor, Dios de sus antepasados. De entre sus hermanos de Judá, los israelitas capturaron a doscientas mil personas, incluyendo a mujeres, niños y niñas. Además, se apoderaron de un enorme botín, que se llevaron a Samaria.