16 Los oficiales de Senaquerib siguieron hablando contra Dios el Señor y contra su siervo Ezequías. «Así como los dioses de otras naciones no han podido librarlas de mi mano, tampoco ese dios de Ezequías podrá librar de mi mano a su pueblo».
18 Los oficiales de Senaquerib les gritaban a voz en cuello a los habitantes de Jerusalén que estaban en la muralla. Lo hacían en lengua hebrea,. 19 Y se referían al Dios de Jerusalén como si fuera igual a los dioses de las otras naciones de la tierra, fabricados por manos humanas.
21 Entonces el Señor envió un ángel para que exterminara a todos los soldados y a los jefes y capitanes del campamento del rey de Asiria, y este tuvo que volver avergonzado a su país. Al entrar en el templo de su dios, sus propios hijos lo asesinaron.