Salomón hizo un altar de bronce que medía nueve metros de largo por nueve de ancho y cuatro metros y medio de alto, una fuente circular de metal fundido, descansaba sobre doce bueyes, el grosor de la fuente era de ocho centímetros, y su borde, en forma de copa, se asemejaba a un capullo de azucena.
Salomón hizo también diez lavamanos. En ellos se lavaba todo el material de los holocaustos, mientras que en la fuente se lavaban los sacerdotes. Hizo además diez candelabros de oro, según el modelo prescrito, diez mesas y los colocó en el templo, hizo cien aspersorios de oro. Edificó el atrio de los sacerdotes y el atrio mayor con sus puertas, las cuales recubrió de bronce, hizo las ollas, las palas y los aspersorios.
Así fue como Hiram terminó todo el trabajo que había emprendido para el rey Salomón en el templo de Dios.