Todos los utensilios que Hiram Abí le hizo al rey Salomón para el templo del Señor eran de bronce pulido. El rey los hizo fundir en moldes de arcilla en la llanura del Jordán, entre Sucot y Saretán.
Eran tantos los utensilios que hizo Salomón que no fue posible determinar el peso del bronce utilizado, también mandó hacer el altar de oro, las mesas sobre las cuales se ponía el pan de la Presencia, los candelabros de oro puro con sus respectivas lámparas, para encenderlas en frente del Lugar Santísimo, tal como está prescrito.
La obra floral, las lámparas y las tenazas, que también eran de oro puro, las despabiladeras, los aspersorios, la vajilla y los incensarios, y la entrada del templo, es decir, las puertas interiores del Lugar Santísimo y las puertas de la nave central del templo, las cuales eran de oro.