8Tú me hiciste con tus propias manos; tú me diste forma. ¿Vas ahora a cambiar de parecer y a ponerle fin a mi vida? 9 Recuerda que tú me modelaste, como al barro. 12 Me diste vida, me favoreciste con tu amor, y tus cuidados me han infundido aliento. 14 Que, si yo peco, tú me vigilas y no pasas por alto mi pecado. 15 Si soy culpable, ¡ay de mí! Si soy inocente, no puedo dar la cara. 16 Si me levanto, me acechas como un león y despliegas contra mí tu gran poder. 17 ¡Una tras otra, tus tropas me atacan!