El Señor cataloga a Job como un hombre justo, apartado del mal, pero permite o mejor guía a satanás para que lo observe. Obviamente Dios sabe que, según la naturaleza maligna del enemigo, va concebir cosas diabólicas contra Job, por lo cual le advierte que no toque su vida, a lo cual éste lo ataca en todas sus áreas, acaba con sus finanzas, mata sus hijos, sus ganados posesiones, y como no reniega de Dios, le envía una rasquiña desde la cabeza hasta los pies, a pesar de toda esta calamidad, Job no reniega de Dios.