22:1 A esto respondió Elifaz de Temán: 2 ¿Puede alguien, por muy sabio que sea, serle a Dios de algún provecho? 5 ¿No es acaso demasiada tu maldad 6 Sin motivo demandabas fianza, y en prenda los despojabas de sus mantos; ¡desnudos los dejabas! 7 Al sediento no le dabas agua; al hambriento le negabas la comida. 8 Hombre de poder, te adueñaste de la tierra. 9 No les dabas nada a las viudas, ni a los huérfanos. 10 Por eso ahora te ves rodeado de trampas, 24 si tu oro refinado lo arrojas por el suelo, 25 tendrás por oro al todopoderoso. 26 En el Todopoderoso te deleitarás. 27 Cuando ores, él te escuchará, y tú le cumplirás tus votos. 28 Tendrás éxito en todo lo que emprendas. 29 Porque Dios humilla a los altaneros, y exalta a los humildes. 30 Él salva al que es inocente, y por tu honradez quedarás a salvo.
