9 Que se oscurezcan sus estrellas matutinas. 10 Pues no cerró el vientre de mi madre ni evitó que mis ojos vieran tanta miseria. 11 »¿Por qué no perecí al momento de nacer? 12 ¿Por qué hubo rodillas que me recibieran, y pechos que me amamantaran? 13 estaría durmiendo tranquilo 14 entre reyes y consejeros de este mundo, 15 entre gobernantes que poseyeron mucho oro y que llenaron de plata sus mansiones. 17 ¡Allí cesa el afán de los malvados! 18 También los cautivos disfrutan del reposo. 19 Allí el pequeño se codea con el grande, y el esclavo se libera de su amo.