10:1¿Por qué, Señor, te mantienes distante? ¿Por qué te escondes en momentos de angustia? 2 Con arrogancia persigue el malvado al indefenso. 9 Cual león en su guarida se agazapa, listo para atrapar al indefenso; le cae encima y lo arrastra en su red. 11 Se dice a sí mismo: «Dios se ha olvidado. Se cubre el rostro. Nunca ve nada». 12 ¡Levántate, Señor! ¡Levanta, oh Dios, tu brazo! ¡No te olvides de los indefensos! 14 Pero tú ves la opresión y la violencia, las tomas en cuenta y te harás cargo de ellas. Las víctimas confían en ti; tú eres la ayuda de los huérfanos. 17 Tú, Señor, escuchas la petición de los indefensos, les infundes aliento defiendes al huérfano y al oprimido, para que el hombre, hecho de tierra, no siga ya sembrando el terror.