119: 57 ¡Mi herencia eres tú, Señor! Prometo obedecer tus palabras. 59 Me he puesto a pensar en mis caminos, y he vuelto mis pasos hacia tus mandatos. 60 Me doy prisa, para cumplir tus mandamientos. 63 Soy amigo de todos los que te honran. 64 De tu gran amor, Señor, está llena la tierra: enséñame tus estatutos.