38 Señor, no me reprendas en tu enojo ni me castigues en tu ira. 2 Porque tus flechas me han atravesado, y sobre mí ha caído tu mano. 3 Por causa de tu indignación no hay nada sano en mi cuerpo; por causa de mi pecado mis huesos no hallan descanso. 4 Mis maldades me abruman, son una carga demasiado pesada. 6 Estoy agobiado, del todo abatido; todo el día ando acongojado. 8 Me siento débil, completamente deshecho; mi corazón gime angustiado. 9 Ante ti, Señor, están todos mis deseos. 10 Late mi corazón con violencia, las fuerzas me abandonan, hasta la luz de mis ojos se apaga. 11 Mis amigos y vecinos se apartan de mis llagas; mis parientes se mantienen a distancia.