Si decimos que Dios es nuestro Padre, y él siempre es justo, nosotros también debemos de practicar la justicia. De esa manera también demostramos que somos verdaderos hijos de Dios.
"Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él", (1 Juan 2:29, RV60).
"Ya que sabemos que Cristo es justo, también sabemos que todos los que hacen lo que es justo son hijos de Dios", (1 Juan 2:29, NTV).