Hay personas que piensan que pueden hacer lo que quieran con sus cuerpos y sus vidas. Su razonamiento es que estos les pertenecen. ¿Pero que dice la Biblia sobre esto?
“Nosotros, Pablo, Silas y Timoteo, escribimos esta carta a la iglesia en Tesalónica, a ustedes que pertenecen a Dios Padre y al Señor Jesucristo. Que Dios les dé gracia y paz”, (1 Tes. 1:1, NTV).