Pablo le hace saber a los Tesalonicenses su deseo de que su amor por los hermanos y por sus semejantes crezca y que aún sobreabunde.
"Que Dios nuestro Padre y nuestro Señor Jesús nos lleven muy pronto a verlos a ustedes. Y que el Señor haga crecer y sobreabundar el amor que tienen unos por otros y por toda la gente, tanto como sobreabunda nuestro amor por ustedes", (1 Tes. 3:11-12, NTV).