Pedro nos revela que la tierra y los cielos que nosotros conocemos van a ser destruidos por medio del fuego. Tenemos que recordar que la tierra está bajo la maldición del pecado y por eso va a ser destruida.
"Por esa misma palabra, los cielos y la tierra que ahora existen han sido reservados para el fuego. Están guardados para el día del juicio, cuando será destruida la gente que vive sin Dios", (2 Pedro 3:7, NTV).
"pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos", (2 Pedro 3:7, RV60).