Pablo habla directamente a los hermanos que estaban de ociosos y les da un mandato, pero también les ruega que dejen esa vida de ociosidad. También exhorta a los demás hermanos a seguir haciendo el bien.
"Les ordenamos a tales personas y les rogamos en el nombre del Señor Jesucristo que se tranquilicen y que trabajen para ganarse la vida. En cuanto al resto de ustedes, amados hermanos, nunca se cansen de hacer el bien", (2 Tes. 3:12-13, NTV).