Pablo les recuerda a los Tesalonicenses que oren por él, por Silas y Timoteo, pues no todos a su alrededor son creyentes y algunos procuraban hacerles daño.
"Oren, también, para que seamos rescatados de gente perversa y mala, porque no todos son creyentes. Pero el Señor es fiel; él los fortalecerá y los protegerá del maligno", (2 Tes. 3:2-3, NTV).