Pablo advierte a sus lectores de los judaizantes que los querían condenar por no guardar la ley.
"Por lo tanto, no permitan que nadie los condene por lo que comen o beben, o porque no celebran ciertos días santos ni ceremonias por luna nueva ni los días de descanso. Pues esas reglas son solo sombras de la realidad que vendrá. Y Cristo mismo es esa realidad", (Col. 2:16 y 17, NTV).