Pablo ahora habla del enojo y los peligros de permitir que el enojo controle al creyente y de durar mucho tiempo enojado. Si el enojo controla al creyente, lo más probable es que le de lugar al diablo.
"Además, «no pequen al dejar que el enojo los controle». No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, porque el enojo da lugar al diablo", (Efesios 4:26-27, NTV).
"Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo", (Efesios 4:26-27, RV60).