Pablo revela que es posible entristecer al Espíritu Santo, y exhorta a los creyentes en Éfeso a que lo entristezcan con su manera de vivir.
"No entristezcan al Espíritu Santo de Dios con la forma en que viven. Recuerden que él los identificó como suyos, y así les ha garantizado que serán salvos el día de la redención", (Efesios 4:30, NTV).
"Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención", (Efesios 4:30, RV60).