La amargura es un sentimiento que Pablo le pide a los creyentes de la iglesia en Éfeso que se libren de ella. La amargura trae algo que no es amor por los demás.
"Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta", (Efesios 4:31, NTV).
"Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias y toda forma de malicia", (Efesios 4:31, NVI).
"Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia", (Efesios 4:31, RV60).