Pablo sigue hablando a los esposos y les da un ejemplo de cómo ellos deben de amar a sus esposas. Ellos deben de amarlas como a sus propios cuerpos.
"De la misma manera, el marido debe amar a su esposa como ama a su propio cuerpo. Pues un hombre que ama a su esposa en realidad demuestra que se ama a sí mismo. Nadie odia su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida tal como Cristo lo hace por la iglesia", (Efesios 5:28-29, NTV).
"Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia", (Efesios 5:28-29, RV60).
