Pablo ahora aclara a sus lectores que la lucha que ellos tienen, no es una lucha contra otros seres humanos, sino contra seres espirituales que se han organizado como un ejercito.
"Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espĂritus malignos de los lugares celestiales", (Efesios 6:12, NTV).
"Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes", (Efesios 6:12, RV60).