Listen

Description

Pablo tuvo el cuidado de ir con los líderes de la iglesia para, de cierta manera, confirmar que el mensaje del Evangelio que él predicaba era el mismo evangelio que ellos predicaban.

"Después, pasados catorce años, subí otra vez a Jerusalén con Bernabé, llevando también conmigo a Tito.  Pero subí según una revelación, y para no correr o haber corrido en vano, expuse en privado a los que tenían cierta reputación el evangelio que predico entre los gentiles. Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse;  y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud,  a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros", (Gálatas 2:1-5, RV60).

"Luego, catorce años más tarde, regresé a Jerusalén, esta vez con Bernabé; y Tito también vino. Fui a Jerusalén, porque Dios me reveló que debía hacerlo. Durante mi tiempo allí, me reuní en privado con los que eran reconocidos como los dirigentes de la iglesia y les presenté el mensaje que predico a los gentiles. Quería asegurarme de que estábamos de acuerdo, porque temía que todos mis esfuerzos hubieran sido inútiles y que estaba corriendo la carrera en vano. Sin embargo, ellos me respaldaron y ni siquiera exigieron que mi compañero Tito se circuncidara, a pesar de que era griego.Incluso esa cuestión surgió solo a causa de unos supuestos creyentes—en realidad, falsos— que se habían infiltrado entre nosotros. Se metieron en secreto para espiarnos y privarnos de la libertad que tenemos en Cristo Jesús. Pues querían esclavizarnos y obligarnos a seguir los reglamentos judíos, pero no nos doblegamos ante ellos ni por un solo instante. Queríamos preservar la verdad del mensaje del evangelio para ustedes", (Gálatas 2:1-5, NTV).