Dios es quien define nuestro llamado, de que manera vamos a servir a Dios una vez que nos entreguemos a él y confesemos nuestros pecados. Todos tenemos un propósito en Dios, él nos conoce y tiene un plan para nosotros.
"El Señor me dio el siguiente mensaje:—Te conocía aun antes de haberte formado en el vientre de tu madre; antes de que nacieras, te aparté y te nombré mi profeta a las naciones", (Jeremías 1:4-5, NTV).
"Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones", (Jeremías 1:4-5, RV60).