Dios habla claramente a su pueblo acerca de esos malos profetas y les dice que él no lo envió. La prueba es que el pueblo de Dios no se estaba apartando de sus malos caminos.
"Yo no envié a estos profetas, sin embargo, van de un lado a otro afirmando hablar en mi nombre. No les he dado ningún mensaje, pero aun así siguen profetizando.Si hubieran estado en mi presencia y me hubieran escuchado, habrían hablado mis palabras y habrían hecho que mi pueblo se apartara de sus malos caminos y sus malas acciones", (Jeremías 23:21-22, NTV)
"No envié yo aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras", (Jeremías 23:21-22, RV60).