El verdadero arrepentimiento implica acción, implica cambiar de mente y muchas veces de dirección. Dicho en otras palabras, el arrepentimiento requiere acción.
"Pero yo te ofreceré sacrificios con cantos de alabanza, y cumpliré todas mis promesas. Pues mi salvación viene solo del Señor». Entonces el Señor ordenó al pez escupir a Jonás sobre la playa", (Jonás 2:9-10, NTV).