Hay buenos gobernantes y gobernantes malos. Aquellos que no tienen entendimiento ni temor de Dios terminan oprimiendo al pueblo.
"Un gobernante sin entendimiento oprimirá a su pueblo, pero el que odia la corrupción tendrá una larga vida", (Proverbio 28:16, NTV).
"El gobernante falto de juicio es terrible opresor; el que aborrece las ganancias deshonestas prolonga su vida", (Proverbio 28:16, NVI).
"El príncipe falto de entendimiento multiplicará la extorsión; Mas el que aborrece la avaricia prolongará sus días", (Proverbios 28:16, RV60).