Dios perdona a todos aquellos que viene a él arrepentidos. Pero aquellos que no piden perdón a Dios, pueden sufrir la culpa de ese pecado hasta que mueren.
"El que es perseguido por homicidio será un fugitivo hasta la muerte. ¡Que nadie le brinde su apoyo!", (Proverbios 28:17, NVI).
"El hombre cargado con culpa de sangre humana, Fugitivo será hasta la muerte; que nadie lo apoye", (Proverbios 28:17, NBLA).
"La conciencia atormentada del asesino lo llevará a la tumba. ¡No lo protejas!", (Proverbios 28:17, NTV)
"El hombre cargado de la sangre de alguno Huirá hasta el sepulcro, y nadie le detendrá", (Proverbios 28:17, RV60).