Muchas personas prefieren ser ricos a tener integridad. Ellos no valoran la honestidad. Esto tiene mucho que ver con los deseos de corazón, el cual, muchas veces no está en el lugar correcto.
"Es mejor ser pobre y honesto que ser rico y deshonesto", (Proverbios 28:6, NTV).
"Mejor es el pobre que camina en su integridad, Que el de perversos caminos y rico", (Proverbios 28:6, RV60).