La condición espiritual del hombre es algo que le cuesta aceptar y muchas veces la justifica en vez de reconocerla.
"Algunas personas maldicen a su padre y no son agradecidas con su madre.Se consideran puras en su propia opinión, pero están sucias y no se han lavado.
Contemplan a su alrededor con soberbia y miran a otros con desdén.Tienen los dientes como espadas y los colmillos como cuchillos. Devoran al pobre de la tierra y a los necesitados de entre la humanidad", (Proverbios 30:11-14, NTV).
"Hay generación que maldice a su padre Y a su madre no bendice.Hay generación limpia en su propia opinión, Si bien no se ha limpiado de su inmundicia.Hay generación cuyos ojos son altivos Y cuyos párpados están levantados en alto.Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres", (Proverbios 30:11-14, RV60).