Este salmo nos invita a adorar a Dios, y a hacerlo con alegría. La invitación es para todos los habitantes de toda la tierra.
"Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra", (Salmo 100:1, RV60).
"¡Aclamen con alegría al Señor, habitantes de toda la tierra!", (Salmo 100:1, NTV).