Este salmo nos invita a reconocer que solo hay un Dios, y ese es Jehová, el Dios de Israel. Aunque en el mundo se proclama la existencia de otros dioses, solo hay un Dios verdadero.
"Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado", (Salmo 100:3, RV60).
"¡Reconozcan que el Señor es Dios! Él nos hizo, y le pertenecemos; somos su pueblo, ovejas de su prado", (Salmo 100:3, NTV).