Muchos no saben que Dios se indigna cuando sus hijos son maltratados. El salmista lo expresa y comunica que la indignación del Señor es tanta que hasta la tierra tiembla.
"La tierra fue conmovida y tembló; Se conmovieron los cimientos de los montes, Y se estremecieron, porque se indignó él", (Salmo 18:7, RV60).
"Entonces la tierra se estremeció y tembló. Se sacudieron los cimientos de las montañas; temblaron a causa de su enojo", (Salmo 18:7, NTV).