Nuevamente el salmista aclara que, aunque ya es de edad avanzada, nunca ha visto que Dios abandone a los justos, y también ha visto el fin de los hijos de los injustos cuando siguen el camino de sus padres.
"Una vez fui joven, ahora soy anciano, sin embargo, nunca he visto abandonado al justo ni a sus hijos mendigando pan.Los justos siempre prestan con generosidad y sus hijos son una bendición.Aléjate del mal y haz el bien, y vivirás en la tierra para siempre.Pues el Señor ama la justicia y nunca abandonará a los justos. Los mantendrá a salvo para siempre, pero los hijos de los perversos morirán", (Salmo 37:25-28, NTV).
"Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado, Ni su descendencia que mendigue pan.En todo tiempo tiene misericordia, y presta; Y su descendencia es para bendición.Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre.Porque Jehová ama la rectitud, Y no desampara a sus santos. Para siempre serán guardados; Mas la descendencia de los impíos será destruida", (Salmo 37:25-28, RV60).