La confesión es parte de un procesos de restauración por lo cual la persona que quiere estar en paz con Dios tiene que pasar. Si no hay confesión a Dios, a quien ofendemos, no hay perdón de pecados.
"Contra ti y solo contra ti he pecado; he hecho lo que es malo ante tus ojos. Quedará demostrado que tienes razón en lo que dices y que tu juicio contra mí es justo. Pues soy pecador de nacimiento, así es, desde el momento en que me concibió mi madre. Pero tú deseas honradez desde el vientre y aun allí me enseñas sabiduría", (Salmo 51:4-6, NTV).
"Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría", (Salmo 51:4-6, RV60).