David hace una oración imprecatoria en la cuál pide justicia de parte de Dios y también recuerda a los que confían en el verdadero Dios que él los defiende.
"Castígalos, oh Dios; Caigan por sus mismos consejos; Por la multitud de sus transgresiones échalos fuera, Porque se rebelaron contra ti. Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre. Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo; Como con un escudo lo rodearás de tu favor", (Salmo 5:10-12, RV60).