Santiago ahora da a sus lectores un ejemplo de la historia que ellos conocían muy bien, el ejemplo de Abraham, quien es considerado el padre de los judíos, pero también, el padre de la fe.
" ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?" (Santiago 2:21-22, RV60).
"¿No recuerdas que nuestro antepasado Abraham fue declarado justo ante Dios por sus acciones cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿Ya ves? Su fe y sus acciones actuaron en conjunto: sus acciones hicieron que su fe fuera completa" (Santiago 2:21-22, NTV).