Santiago ahora explica porque el favoritismo es malo. Santiago no apoya el favoritismo ni para ricos, ni para pobres y explica el por qué.
"Por supuesto, hacen bien cuando obedecen la ley suprema tal como aparece en las Escrituras: «Ama a tu prójimo como a ti mismo» pero si favorecen más a algunas personas que a otras, cometen pecado. Son culpables de violar la ley" (Santiago 2:8-9, NTV).